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 CONTACTOS

- Julie: trabajo en Valencia. Escríbeme al correo julieaxelle@gmail.com, o envíame un Whatsapp al

636 08 95 86

- Mi formación de haptonomía (Bélgica): http://www.naissanceaffective.com

- la regulación emocional, asociación TIPI: https://tipi.pro/regulacion-emocional/

Webs amigas:

- compañeras haptónomas en Paris (Francia): http://www.etre-et-naitre.org/

- Osteopatía craneo-sacral:Juan Bañuls (Gandía):http://www.abordaje-tisular.es/(¡se recomiendan revisiones rutinarias en bebés, niños y madres!)

- Música temprana y metodología Suzuki

http://cordesespaieducatiu.com/



LIBRO DE ORO - Haptonomía:

"No sabes cuanto me acuerdo de ti, de lo mucho que me enseñaste y del bien que hiciste en mi familia. A mis amigas se lo digo muchas veces, y cuando recuerdo nuestros sábados por la mañana me acompaña una sonrisa y a veces también una lagrimilla."


Ana y Nacho, padres de Inès, 2008

"Siempre he pensado que fue Aitana quien me llevó a Julie...

Yo estaba embarazada de unas 25 semanas. Una noche no podía dormir, no era algo que me pasara a menudo y, tras una hora en la cama, decidí levantarme y sentarme en el sofá del comedor. Para distraerme, se me ocurrió hojear una guía que me había dado la matrona y que ya había aparcado en un cajón. El caso es que en un párrafo perdido y en unas escuetas líneas hablaba de una cosa que se llamaba haptonomía como una manera de prepararse para el parto, pero no daba mucha más información y a mi ya me había despertado la curiosidad. Al día siguiente, empecé a indagar en Internet. Apenas había bibliografía al respecto y toda era en francés. Y buscando, buscando, descubrí en un foro de crianza natural un comentario de hacía un par de años. Una madre hablaba de una tal Julie en Valencia y daba unos teléfonos de contacto. Y me decidí a llamar...

Aitana es un bebé feliz, sociable, sana, despierta, curiosa, ... especial.


Imagino que hay un componente genético y algo de factor suerte, pero me niego a pensar que haya lugar a la casualidad. Julie nos enseñó a mecer a Aitana antes de tenerla en nuestros brazos, a escucharla antes de oir su llanto, a acariciarla, a hablarle, a acompañarla y a quererla aún más, si es que eso es posible. Y sólo tenemos palabras de agradecimiento. No sabemos muy bien cómo se cruzó en nuestras vidas, pero es una de esas personas que ocupan un lugar especial en ellas. "

Cristina y Sergí, padres de Aitana, 2009

Ya estás aquí. Llegaste por sorpresa, diez días antes de lo previsto. Ahora todo es nuevo para ti: el aire, los sonidos, la luz… Todo menos nosotros, porque a papá y a mamá ya nos conoces. Desde hace meses hemos estado jugando contigo, meciéndote, invitándote a ir y venir arriba y abajo del útero, cantándote, hablándote de cómo sería nuestra vida cuando llegases. Tuvimos suerte de encontrar a Julie. Ella nos enseñó a tener una relación contigo antes de que nacieras, nos mostró cómo dentro de mi vientre ya eras un ser humano con capacidad de sentir, y cómo notabas nuestro tacto, nuestra presencia. Lo hemos pasado muy bien vinculándonos 

contigo durante el embarazo; aunque ya teníamos ganas de verte la carita, y sospecho que tú también estabas algo impaciente por conocernos. Cuando te cogí en brazos por primera vez, en el quirófano, fue más bien un reencuentro, porque durante todos estos meses te había imaginado piel con piel junto a mi corazón, y te miraba a los ojos y te besaba, y era igual que en la camilla del hospital, solo que esta vez podía tocarte de verdad y abrazarte y darte mi calor. A papá lo reconociste enseguida; no dejaba de ir detrás de ti mientras los médicos te reconocían, te medían y te aspiraban, y él te acariciaba la cabecita y tú lo mirabas y te calmabas enseguida, porque ya sabías quién era. Ahora estamos en casa los tres juntos, continuando esa relación tan bonita que empezó hace nueve meses en mi vientre.

Qué suerte haber encontrado a Julie." 

Gonzalo y Guadalupe, papás de Aday, 2010

Julie, gràcies per acompanyar-nos en l’extraordinari viatge de la vinguda d’Anna

La primera vegada que ens vàrem posar en contacte amb Julie, Anna ja portava 26 setmanes al ventre de Carolina. Ho havíem de fer convençuts, i fins aleshores Carolina no ho estava del tot. Però des d’aquell dia la relació amb Anna va ser diferent. Vàrem aprendre a jugar amb ella, a entendre els seus moviments, a respectar els seus ritmes dins la panxeta de la mamà... ens va unir als tres com a família molt abans del que esperàvem.

Va ser un part complicat, llarg i que no es pareixia gens a allò que ens havíem imaginat. Però això si, vàrem estar en tot 

moment amb Anna, els tres junts, rient, plorant, esperant, jugant, parlant, cantant, descansant, treballant... els tres junts, sempre junts. Fins i tot en el moment de la cesària, quan jo no vaig poder estar amb elles, Carolina va saber tranquil·litzar a Anna, acompanyar-la en tot moment, i fer que el moment del seu naixement el visquera amb naturalitat i seguretat, sabent que de seguida estaríem de nou els tres junts.

De segur que hui Anna, amb la seua mirada atenta, el seu somriure de mig costat i la seva profunda tranquil·litat està tan agraïda com nosaltres a Julie.

Carolina i Roger. Mare i pare d’Anna. 2010

LIBRO DE ORO- Regulación emocional

Me llamo Raquel y soy profesora de Secundaria. Me apasiona mi trabajo, pero es una tarea compleja y que vivo con mucha responsabilidad. Debido a ello, acumulo mucha tensión. El curso pasado tuve un episodio de dolor de espalda muy fuerte, que me imposibilitaba moverme, pero creía que se trataba de un problema exclusivamente físico. Una amiga, experta en regulación emocional / regulación psicosomática, me propuso intentar una sesión con ella, de manera telefónica. Por mi formación y mi forma de ser, soy algo escéptica, pero dado lo sencillo del proceso, acepté.

Mi amiga me propuso escuchar mi cuerpo de una manera particular, y desde allí pude encontrar una situación dónde 

había sentido una muy leve perturbación emocional, aunque no parecía para nada relacionada con el dolor de espalda. A partir de esa situación hicimos una regulación emocional. Cuando me lo dijo cerré los ojos, y tomé consciencia de las sensaciones de mi cuerpo: algo pasaba en mi estómago, llevaba la mano izquierda apretada, y el antebrazo me dolía. Muy rápidamente lo que pasaba en mi estómago se transformó en un punto, que me recordaba ¡hambre! Sentí calor en la mano, y un hormigueo en el antebrazo, que me dolía cada vez menos. Las sensaciones desaparecieron todas, y me dijo de abrir los ojos.

El resultado me resultó increíble. Con su guía, en pocos minutos (una media hora), mi espalda dejó de estar bloqueada por el dolor y pude volver a moverme con algo de soltura. Esa tarde notaba aún el eco de lo que había pasado pero a la mañana siguiente estaba casi totalmente recuperada. El alivio además se mantiene en el tiempo. Gracias de verdad por este regalo.

Raquel, 2020 

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